Saturday, July 29, 2006

Capturados


“¡Eh, jefe! ¡Este no parece elfo!” –

El grito junto a mi oído me despertó, la cabeza me dolía, el mundo daba vueltas y tenía la inquietante sensación de que algo no estaba del todo bien. Poco a poco registraba los sonidos a mi alrededor: ramas quebrándose, pasos fuertes, armaduras golpeándose con el movimiento. Era más ruido del que debía haber en aquel pequeño paraje que escogimos para acampar.

Cuando abrí los ojos una punzada de dolor cruzó mi cabeza, como si me hubieran atravesado el cráneo con un hierro candente. Mi vista estaba nublada y la poca luz me lastimaba. Entre sombras logré distinguir las figuras inconscientes de los elfos siendo llevadas por un grupo de criaturas con forma humana, pero que no logré identificar.


“¡Ah, está despertando!” – dijo la voz más cercana a mi.

¿Dónde estaría el enano?, ésta era su guardia. Aparté este pensamiento de mi mente, debía concentrarme, debía moverme rápido si deseaba tener oportunidad alguna de averiguar que estaba pasando.

“Entonces no es elfo, es más resistente al veneno. No importa, clávenle cinco dardos más y con eso será suficiente. ¡Esa cantidad no la resistió ni el enano!” – la segunda voz venía de lejos y sonaba más gutural que la anterior.

No tenía tiempo que perder, junté todas mis fuerzas y, con un terrible dolor, logré derribar al sujeto que tenía a mi lado para, acto seguido, correr hacia el bosque.

Un par de días antes habíamos salido del pueblo de Valtersia, que ahora se parece más a una ciudad que la ultima vez que la había visitado. Creció con al mercadeo entre humanos y elfos, inclusive artículos enaniles. La ciudad está gobernada por un Lord, puesto ahí por el rey de Griffin Fall.

Habiamos pasado una noche en una pequeña taberna local llamada “El Dragón Ojo de Gato”, para partir al día siguiente por el camino del bosque. La noche fue tranquila y habíamos juntado fuerzas para lo que nos pudiera esperar. Fue indispensable dejar ahí al Golem, pues los elfos de Loth Dorel Ai no aceptarían una maquina caminando por su ciudad.

“¿Y porque no nos podemos llevar al Tonto?” – me preguntó por veinteava vez Miruvore.

“Porque en Dorel Ai están prohibidos los Golems y no nos recibirían.” –

“¡Pero a mi me gustan, y el Tonto me cae muy bien! – me refutó.

“Así deben ser las cosas Miru.” –

“Pero si lo dejas aquí se lo podrían robar, o desmantelar o algo peor, ¿verdad Logan?” –

El otro elfo no contestó, estaba ocupado jugando al azar con unos humanos. – “No puede estar peor de cómo lo dejaste cuando te fuiste con él.” – le respondí. –“Pero no te preocupes, pronto volveremos por él, y cualquiera que trate de acercase, bueno digamos que el Tonto sabe cuidarse solo.” –

Para esos momentos el futuro cercano no se veía tan sombrío, ahora, corría por mi vida en un agonizante dolor mientras un grupo de mercenarios me seguía los pasos de cerca. Casi podía sentirlos en mi espalda y mientras más me esforzaba, más velozmente el veneno se apoderaba de mi cuerpo.

Finalmente mis piernas dejaron de responderme y caí al suelo, rodé unos metros y quedé tendido en la maleza. Intenté levantarme, pero ya no pude mover mi cuerpo. Sin embargo, me di cuenta que mi vista había mejorado, solo para que lo ultimo que pudiera ver antes de perder la conciencia, fueran los salvajes ojos de un enorme lobo negro.

Icn Imhaet

Thursday, July 27, 2006

Salió Humo...

Estaba yo muy contento escribiendo el reporte de hoy cuando, de repente y gracias a una mirada coquetona del enano a la élfica mesera, élla se tropezó y tiró mi vaso de leche sobre el golem. Éste desafortunado evento ocacionó que los circuitos del Tonto empezaran a sacar humo y, desde entonces, no he podido escribir nada.

Por tanto, les pido una sincera disculpa por no publicar hoy como era debido. Ahora me encuentro con el tonto en un taller de magia aquí en Valtesia, me estan evaluando los daños y espero que no sea necesario mandar pedir partes nuevas.

Calculo que podré enviar mi reporte por la tarde/noche de hoy.

Imh.

Thursday, July 20, 2006

Las Primeras Bestias

Mi nombre es Imhaet, soy descendiente de una antigua y poderosa raza que ya no camina sobre el continente, llamados Icnaí. Mi pueblo y yo vivimos en un par de islas que son las puertas mágicas de la prisión donde se guardan las criaturas más terribles que han caminado sobre la tierra. Nosotros somos los guardianes, la primera línea de defensa si se llegasen a abrir las Siete Puertas.

Hace unos meses el Gran Libro de Cyriann fue robado de la Cámara Sagrada de La Isla Blanca. Debido a eso, un miembro del Consejo me asignó la tarea de investigar la leyenda de Los Héroes Olvidados, un grupo de temerarios caballeros partícipes de una gran batalla librada hace doscientos años. Esta partida, al salir vencedores, se les concedió la vida eterna, o al menos eso dice la leyenda. Ellos son la única esperanza del mundo si lo peor llegara a ocurrir.

Y dos puertas han sido abiertas.

Aarketra, reina de las arpías, una bestia horrible sedienta de sangre fue la primera en ser liberada. De la segunda puerta se abrieron paso cientos de Quimeras, aberraciones de la naturaleza resultado de la combinación malsana de diferentes tipos de animales por algún dios antiguo.

Sin embargo, aún no todo esta perdido, pues aún con mi pueblo luchando fervientemente para detener a éstas horrendas criaturas, mis compañeros y yo hemos logrado encontrar finalmente a dos de los héroes legendarios.

Ahora avanzo con mi grupo rumbo al Este bordeando uno de los lugares más misteriosos del continente, el Bosque Prohibido. Un oscuro sitio donde, ya en estos momentos, apenas a las orillas del vasto follaje, se pueden escuchar ruidos a lo lejos que no parecen provenir de animales comunes.

Nuestra meta, por ahora, es llegar a un pequeño pueblo humano llamado Valtersia para prepáranos en nuestro viaje, pues de ahí sale un sinuoso camino que se adentra al bosque hasta donde una raza de elfos vive. A partir de ahí, Miruvore y Logan nos guiarán hasta la ciudad élfica de Loth Dorel Ai, para luego adentrarnos al verdadero corazón del bosque.

– “¿Miru? ¿Estas seguro que los elfos podrán ayudarnos?” – le pregunté a Miruvore mientras cabalgábamos.

– “¡Hey! ¿Desconfías en mí?, si no me crees pregúntale a Logan, él también vivió ahí un rato.” – me respondió.

Logan cerró un ojo, hizo un chasquido con la boca y afirmó – “¡Pues claro!, usted no se preocupe de nada.” –

– “Solo confirmando, pues los humanos no les tienen mucha confianza.” –

– “Son celos porque no son tan guapos como nosotros, je, je.” – agregó prontamente Miruvore.

– “Muy bien, dependeremos de ustedes el siguiente tramo del trayecto señores.” –

Continuamos el camino en silencio, sin embargo, el enano no parecía estar muy contento, se encontraba más callado que de costumbre, inclusive podría parecer que hasta estaba nervioso, es de suponer que no le era grata la idea de adentrarse en un bosque lleno de elfos. Creo que será mejor cruzar unas cuantas palabras con él sobre el asunto.

Icn Imhaet

Wednesday, July 12, 2006

Rumbo al Este - Invitado Miruvore

Rowyster quedaba poco a poco en la lejanía; el viento acariciaba nuestro viaje al tiempo que los tibios rayos del sol matizaban el panorama en el horizonte. La aventura de lo desconocido desbocaba mi corazón pero no pude evitar voltear una vez más para ver el pueblo que recién dejamos atrás y ahí estaba ella; hermosa y arrebatadora, agitando su mano en el aire vigorosamente como signo de buena fortuna y de un adiós que debió ser más prolongado...

Eso o nos estaba reclamando porque Logan tomó prestado el cubilete de Pech.

Ni idea, sólo espero que Lídice cumpla su palabra para verla de nuevo en Griffin Fall, es tan linda. Bueno, el punto era que ahora estamos cabalgando hacia el Este con destino a una de las fronteras que parten el mundo en dos: El País de los Enanos hacia el Norte y El Bosque Prohibido hacia el Sur.

No le veo caso a hablar de un reino cuyos habitantes son medio humanos, claro, no lo digo por la raza si no por la estatura, je, je, je; pero el Bosque Prohibido sí merece una introducción. Para empezar, es tan grande que cruza tres regiones del continente, empieza en la cordillera del noreste, baja cruzando el País de los Enanos, continúa en parte por una pequeña región élfica y finaliza al sur del continente por la península de Argoria, un reino humano.

Con cientos kilómetros de longitud, este bosque es conocido por los elfos como Loth Dorel Ai, que significa “El bosque de los árboles encantados”… o “Ladrido de perro con asma”, depende del traductor. Claro su nombre común se debe a las muchas historias que giran entorno a él, ningún aventurero se atreve a adentrarse, supongo que seremos los primeros.

Logan y el Enano venían discutiendo si esta peligrosa ruta era o no la más adecuada para ir en busca del legendario Tersek; yo estaba a punto de sugerir que arreglaran la disputa con una competencia de escupitajos cuando Imh se me acercó; aprovechando la distracción de los otros dos me pidió disculpas por haberse ido así tan de repente, al parecer su preocupación era aún mayor ya que nunca llegó a la Isla Blanca, ¡ni siquiera se acercó a la Ciudad del Puerto!

“Cabalgué hacia el Oeste durante día y noche hasta que llegué a la ciudad de un viejo amigo.” – me dijo Imh. – "No pude descansar ni un momento pues lo único que recibí fueron malas noticias de la Isla Blanca, de la Frontera Sur y ninguna del grupo que había ido a buscar el Gran Libro de Cyriann.”

Le puse cara de “no entiendo”.

“Sí, el libro que fue robado de La Isla Blanca y por el cual se han abierto dos de las siete puertas.”– completó.

Mi cara no cambiaba.

“Dejémoslo en que son muy malas noticias… Pero no todo ha sido en vano, me ha dicho el enano entre dientes que has sido tú quien convenció al caballero Pech de ir a Griffin Fall”

“Bueno, no quiero presumir...” Le dije con toda la intención de hacer lo contrario.

“Pero me gustaría saber Miru ¿Cómo supiste.”

Procedí a aclararme la garganta.

“Elemental mi querido amigo, verás, por a nuestras repetidas visitas al palacio real de Griffin Fall pude ver muchas de las pinturas donde salen los Héroes Olvidados en su juventud y me llamó la atención que en otros cuadros sólo aparecía uno de ellos, todavía como militar, digo, ver a un héroe sin brazo es una cosa difícil de olvidar.”– Imh levantó la ceja en aprobación.

“Ahora, la cosa se pone interesante cuando en la mesa de juego me vinieron a la mente todas estas pinturas y de pronto, con el último golpe en la cabeza que me dio el anciano caí en cuenta... ¡La capitana y Pech tenían el mismo rostro! Tenía todo el sentido del mundo, si no, ¿para qué la mandó Atei a acompañarnos?...”

Tras un breve silencio Imh me sonrió complacido, y dijo – “Eres una caja de sorpresas amigo, buen trabajo.”

Le devolví la sonrisa y en ese momento se adelantó con rapidez, pues la discusión entre Lorgar y mi amigo elfo estaba a punto de llegar a los sapes con saliva. Me da gusto ver a Imh tan contento conmigo, creo que mejor no le digo que no tenía una idea del parentesco de Pech con Lídice, yo sólo salía buscarla para que ayudara a amarrarlo y llevárnoslo a la fuerza... je, por algo pasan las cosas.

Miru.


Thursday, July 06, 2006

Una Cantina Llamada Galifaje - Invitado Lorgar

¡Por mis barbas! El camino a Rowyster fue más tranquilo de lo que un guerrero enano como yo hubiera deseado. Por momentos parecía que el mundo seguía siendo un lugar tranquilo, los únicos conflictos con los que tuvimos que lidiar fueron aquellos que organizaron los elfos, en donde la Capitana tenía que poner el orden. Claro que yo hubiera podido resolverlo solo, pero mi concepto de justicia de 2 metros con doble filo no le agradó del todo a nuestra capitana, puaj.

Rowyster era realmente un pueblo pequeño cuyo paisaje era la misma nevada cordillera que se ve a lo lejos desde Griffin Fall. Dos avenidas perpendiculares son las principales vías de comunicación y convergen en una plaza principal donde la única atracción es una gran cantina de dos pisos llamada Galifaje. Ese era justamente nuestro destino.

Entre los chistes locales de los elfos entramos al poblado, donde la gente en las calles de tierra nos miraban con asombro. Desmontamos frente a la cantina donde un pequeño niño humano nos dijo que por una moneda cuidaba nuestros caballos. Logan le hizo una sonrisa y le aventó una pequeña moneda de oro (misteriosamente grabado en Drimbnerök, pequeño bribón). Mientras tanto la capitana cruzaba palabras con Miruvore.

“…yo los esperaré aquí afuera, hasta aquí llegan mis órdenes.”

“Muy bien, nosotros entraremos, no creo que vaya a ser muy complicado.” – y para finalizar Miruvore le guiñó el ojo. – “Y no te preocupes, nos llevaremos al molesto enano con nosotros.”

No me dio tiempo de decir palabra, ya habían cruzado la puerta del local y me apresuré a alcanzarlos.

El cambio de luz fue drástico, pero nada que un enano entrenado en las eternas noches de las cavernas de Drimbnerök no pudiera soportar. Adentro, el ambiente no era diferente al de cualquier otra cantina, humanos y otros seres sentados en las mesas con por lo menos una botella de alcohol frente a ellos, repartiendo barajas o fichas y discutiendo entre ellos. A un costado, la barra, de madera fina tallada seguramente por un maestro enano según lo que puedo apreciar.

Miruvore rápidamente se puso a hablar con el cantinero, quien apuntó con un gesto hacia unas cortinas rojas al final del salón, mientras llenaba un gran tarrón de cerveza oscura. Cruzamos el salón, y pasamos tras las cortinas, ahí vimos a un hombre sentado detrás de una mesa, era flaco y muy viejo, le faltaba un brazo y estaba tuerto y lleno de cicatrices, parecía estar compartiendo historias con los hombres que estaban en su mesa. El hombre se calló al vernos entrar y luego se dirigió a nosotros.

“¡Oh, miren! Un grupo de aventureros en esta remota tierra, hace tiempo que no veía una partida de jóvenes en busca de fama.”

“No somos de ese tipo.” – Miruvore se apresuró a decir secamente.

“Ah no, ya veo, puede que no tenga un ojo, pero puedo oler que tienen experiencia. Entonces, ¿Qué es lo que buscan?” – El hombre se inclinó sobre la mesa y nos lanzó una mirada tal, que hizo que los elfos no avanzaran más.

“Buscamos a los Cinco Héroes Legendarios, los Inmortales.” – dijo firmemente Miruvore.

El hombre cambió de rostro y les dijo a sus amigos que mañana seria un buen día para continuar sus historias. Lentamente fueron saliendo del cuarto y se nos invitó a sentarnos mientras nos ponían tres tarrones de cerveza frente a nosotros.

“La casa invita, y aunque no tengo vino élfico, pues es muy escaso por aquí, les aseguro que no lo extrañarán. Vamos, beban.”(Como si el vino élfico fuera la gran cosa) El hombre le dio un gran sorbo a su propio vaso, lo dejó en la mesa con un gesto de satisfacción y continuó. – “Entonces qué desean con los Héroes Legendarios.”

“Como dije, estamos buscándolos. Se está alzando una gran amenaza sobre el mundo y se nos ha encomendado encontrarlos para detenerla.” – Miruvore se encontraba mas serio que de costumbre.

“Y díganme, ¿cómo saben que no están muertos desde hace mucho tiempo? Seguro ni siquiera saben como eran. Mhm, haremos algo, quien saque la mano más baja dice lo que sabe…” – Entonces el viejo agarró un cubilete, lo sacudió un poco y lo azotó contra la mesa.

Miruvore hizo lo mismo sonriendo, los dos levantaron las tapas al mismo tiempo – “¡Rayos!” – dijo el elfo – “Sabemos que los cinco eran humanos, algo muy peculiar en aquella época donde las razas estaban mas mezcladas; además, todos venían de Griffin Fall y eran guerreros, con excepción de uno, que era un clérigo del Dios de la Guerra.”

“¡… Al cuál ya encontramos, ya encontramos a Atei, lo que significa que los demás deben estar vivos!" – Dije golpeando la mesa con mi tarrón.

El hombre cambió de aspecto y se quedó mirando fijamente el líquido amarillento de su bebida. Volvió a sonreír y repitió el movimiento con el cubilete, esta vez él perdió – “Los otros eran Korkuss, el paladín caza dragones, líder del grupo; Tersek, el ranger de bosque; Threk, el montaráz de las montañas; y Pech, el caballero arquero. Y es cierto, a los cinco se les concedió el don de la inmortalidad después de lo que se conoció como la batalla maldita…”

“¡Entonces sabe quiénes son! ¡Díganos cómo encontrarlos y dejemos esta charada!” – apresuré a punto de tomar mi hacha.

En ese momento, con una velocidad impresionante, recibí un tremendo zape de nuestro anfitrión – “¡No me interrumpa jovencito! ¿Qué no tuvo usted educación?..." – Tomó de nuevo el cubilete y repitieron el movimiento y la mano fue de nuevo de Miruvore.

“Como decía, a los cinco se les concedió la inmortalidad y regresaron a Griffin Fall como héroes, sin embargo decidieron separarse poco después y el único que se quedó fue Pech, quién sirvió como militar durante cien años al rey de la capital. Hasta que decidió no seguir peleando y se retiró. Se dice que se fue a un pequeño pueblo donde puso una cantina y ahí ha vivido desde entonces.”

Con estas últimas palabras el hombre levantó la mirada y nos mostró una intrincada sonrisa.

“¡Yey! ¡Perfecto, entonces todo resuelto! ¡Mi señor Pech es todo un gusto conocerlo, vayamos entonces de regreso a Griffin Fall para buscar al tercer inmortal!” – ya estaba Miru parándose cuando recibió un zape que lo sentó de regreso.

“¿No han oído nada de lo que dije? ¡Ese es el problema con ustedes jovencitos! Me fui de Griffin Fall para no pelear más. Esa fue mi decisión en ese momento y sigue siendo la misma ahora, por lo que no pienso ir con ustedes.” – dijo Pech secamente, mientras Miruvore quedaba en silencio.

“¡Pero… debe acompañarnos mease Pech, es necesario, por el bien del continente!” – dije, Logan nos veía incrédulo.

Entonces Miruvore se levantó y salió sin decir palabra. – “No es hora que te escabullas elfo. Mease Pech, usted no entiende, Atei no está en condiciones… debe acompañarnos y verlo por usted mismo… todo el continente será destruido si las siete puertas se abren…” – mis palabras no hacían más que eco en aquel cuarto, era notorio que aquel hombre estaba decidido.

En ese momento Miruvore entró de regreso y la capitana entró detrás de él. Entonces hizo que ella se adelantara un poco más. El rostro del viejo cambió completamente y no pudo apartar la mirada de la capitana. Miruvore aclaró su garganta como para dar un discurso, y dijo – “Puede que usted no desee seguir luchando, pero déjeme decirle que sus hijos están dispuestos a seguir dando la vida por lo mismo en lo que usted creía alguna vez.”

No había entendido nada, de hecho creí por un segundo que el insensato de Miruvore le estaba ofreciendo a la capitana como intercambio, pero de pronto, como un golpe, llegó a mí. Sus rostros, eran tan similares que sin duda eran parientes. La Capitana era descendiente del caballero Pech.

“Tienes el mismo rostro de tu abuela. ¿Cuál es tu nombre hermosa capitana de Griffin Fall?"

“Lídice Avae.” – respondió tímidamente la capitana.

“Así que tu madre continuó la tradición.” – en ese momento Pech volteó a ver a Miruvore. – “Has ganado esta ronda elfo, los ayudaré e iré a Griffin Fall, sin embargo no puedo ir con ustedes en este momento pues debo dejar cosas preparadas aquí antes de irme. ¡Además ustedes no se dirigen a Griffin Fall después de todo!”

“¡¿Cómo?!” – dijimos los tres no humanos al mismo tiempo.

Así fue como Pech nos explicó que Tersek había ido más hacia el éste, hacia un bosque enorme que pertenecía a tres regiones. Era ahí donde debíamos seguir nuestro camino. Salimos de la cantina con las instrucciones a nuestro destino. Montamos nuestros caballos despidiéndonos de la capitana, quién se quedaría para acompañar a mease Pech a Griffin Fall.

Íbamos de salida cuando divisamos una silueta desde el oeste, cuando se acercaba nos dimos cuenta que era una silueta que conocíamos muy bien.

“¡Imhaet!”

Lorgar Crimsonbeard
Guerrero de la primera orden y maestro herrero, Drimbnerök