Thursday, August 03, 2006

Un Oscuro Pasado

No se que fue lo que me despertó, tal vez fue el frío, o quizá las cadenas que sujetaban mis muñecas, o más bien la inquietante sensación de que me observaban. Un lobo estaba parado frente a mí, sus ojos, eran más penetrantes que los de cualquier otro ser que haya yo visto, haciéndome recordar mis últimos momentos concientes mientras corría por el bosque.


Mi cuerpo continuaba adolorido, pero había recobrado algo de fuerza. Inspeccioné mi alrededor, mi armadura y mis armas no estaban, tenía las muñecas encadenadas a la pared por encima de mi cabeza. Una pequeña y lejana antorcha iluminaba un poco el lugar, estaba oscuro y la humedad me hizo pensar que estaba dentro de una cueva. El lobo que tenía frente a mi no se había movido de su lugar y parecía ofrecerme un plato a mis pies con unas cuantas cerezas y fresas.

“Muchas gracias pequeño amigo, pero como verás no tengo modo de alcanzarlas.”

“Es tu recompensa si contestas bien mis preguntas.” – una voz salió de entre las sombras y el lobo frente a mí se fue.

“¿Y a que debo tan generosa oferta?” – respondí.

Otro lobo apareció de entre las sombras, era negro y del doble de tamaño que el anterior. Se acercó hasta mí y me miró fijamente con unos ojos fríos y, para mi sorpresa, continuó la conversación.

“No creo que estés en una buena posición para hacer chistes. Ahora dime ¿quién y qué eres?, pues no eres ni hombre ni elfo. ¿Y qué haces en éste bosque sin haber sido invitado?” – su hocico olía a sangre.

“Mi nombre es Imhaet y vengo de muy lejos, de un lugar llamado la Isla Blanca. No busco problemas, solo deseo llegar a Loth Dorel Ai.”

“Que lástima, nunca podrás llegar. La ciudad élfica esta sitiada.”

“¿Sitiada dices?...”

Mientras tanto, lejos de donde yo estaba, una banda de seres tenían a los elfos y al enano atrapados en jaulas de madera. A lo lejos, voces se acercaban.

“…los atrapamos ayer por la noche jefe, tres elfos y un enano; pero uno se nos escapó, era un elfo con barba.”

“¡Idiota!, Bueno, supongo que el veneno se encargará de él; y ¿un enano? ¿qué hace un enano en un grupo de elfos? Mhm, es probable que no hayan estado huyendo, mas bien querían entrar. ¡No importa, su fin será el mismo!” – hizo una breve pausa y continuó. – “Enséñame a los prisioneros.”

Las figuras se acercaron a las celdas y, hasta ese momento, pudieron ver que las criaturas no eran seres comunes, sus piernas eran raíces que se unían a su tronco, sus brazos eran ramas que terminaban con hojas como dedos y sus cabezas eran troncos tallados, coronados con maleza como cabellera.


“Mhm, creo que el enano arderá bien en la fogata… aunque igual podríamos encontrarle otro uso…, éste elfo… un poco raquítico, pero iluminará bien… y éste… éste… ¡pero no puedo creerlo!” – el ser soltó una risa diabólica al ver a Logan. – “¡Éste sáquenlo de aquí, hay que llevarlo con el Gran Jefe Zarok, seguramente estará contento de saber que el hijo pródigo ha regresado!”

“¿De qué hablan Logan?, ¿qué es eso de hijo prodigio?” – le preguntó Miru a Logan mientras lo sacaban de la jaula.

“No lo sé hermano.”

Arrastraron al elfo hasta que sus compañeros se perdieron de vista y llegaron a un lugar que podría haber sido un salón de palacio si no fuera por que se encontraba a medio bosque. Una figura se sentaba en un trono debajo de un gran árbol verde, la figura se levantó, se acercó hasta Logan y cuando estaba a punto de empezar a hablar, le soltó un fuerte puñetazo.


“Así que has tenido el valor de regresar querido hermano Witchfox, me pregunto si viniste por tus propios pies; quizá pensaste que a estas alturas ya estaríamos muertos. ¡Y pensar que si mi padre viviera ahora te abrazaría! Siempre fuiste su preferido.”

“Veo que te han tratado bien los años Zarok.” – el ser esbozó una pequeña sonrisa ante la respuesta del elfo.

“Siempre tan humorístico, creo que por eso mi padre confió en ti, pero ahora ve lo que tus correrías nos dejaron. Ahora estamos malditos por los elfos y no podemos dejar el bosque, mientras tú corriste muy lejos dejando a tu familia tras de ti.” – hizo una pausa y continuó. – “¡Ah, pero ahora las cosas han cambiado y tenemos a la ciudad élfica sitiada! y aquél que intente salir lo usaremos de antorcha para iluminarla. Te enseñaré por la mañana, lo vas a disfrutar.”

Logan fue llevado de regreso a las celdas casi inconciente debido a los golpes que le proporcionaron los arbóreos seres. Miru y el enano no pudieron hacer otra cosa que maldecir a las criaturas en todos los idiomas que se sabían. Mientras tanto yo continuaba con mi conversación con el gran lobo negro.

“Si esta sitiada la ciudad élfica debemos ayudarlos, así podríamos buscar a mis compañeros que han sido atrapados, seguramente por los mismos que han sitiado la ciudad.”

“Los elfos pueden cuidarse solos.” – me dijo el lobo. – “Además ellos se buscaron su propio destino.”

“Pero mis compañeros…”

En ese momento el lobo levanto una de sus pezuñas y la arrojó contra mi cuello, sujetándome ahora con dedos enormes, se levantó en sus patas traseras, levantándome a mi también. Rápidamente sus rasgos cambiaron hasta que tuve, delante de mí, un enorme oso gris que me sujetaba por los aires con un solo brazo.

“¡Tus amigos están muertos!”


Me dejó caer al piso y desapareció entre las sombras.

Icn Imhaet.

5 Comments:

Anonymous Anonymous said...

el pasado es algo de lo que uno nunca puede escapar sano y salvo......

11:34 AM  
Blogger Korkuss said...

Una buena historia está llena de complicaciones...

Sigan adelante.

3:09 PM  
Blogger Selara Majere said...

dopplers? licans super listos? druidas? que zon ezoz bichozzzzzzzz!!!!!!!!!!!

6:16 AM  
Blogger Miruvore said...

Yo no puedo escribir mucho porque estoy amarradito!!!!

n_n

5:19 PM  
Blogger Korkuss said...

Plop!

10:06 AM  

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