Thursday, June 22, 2006

El Reino del Oeste - Invitado Wilfred

El horizonte hacia el norte siempre ha reflejado la calma que le falta al panorama desolado que se ve hacia el sur en la torre del alcázar. La ciudadela de Dobshenic es la frontera que resguarda el reino de los humanos del inhóspito y mortal paraje que se encuentra después de las Montañas Mortuorias, al suroeste del continente. Es el reino habitado por humanos más lejano de Griffin Fall y miembro del tratado de triunvirato Griffin Fall / Argoria / Dobshenic acordado unos cien años atrás.

- “Una columna de humo se alza en el norte, desde la zona de Itsca Moseri... debe ser un gran fuego para verse desde aquí.” – murmuré para mi mismo mientras bajaba el catalejo. Verdaderamente algo no esta bien, primero los extranjeros y ahora esto, seguro están relacionados, pero mi padre no ha querido decirme nada, es raro que sea así.

- “Mi príncipe, hay un extraño en la puerta, desea hablar con el rey”. – El guardia interrumpió mis pensamientos.

- “¿Quién es?, ¿De dónde viene?” -

- “No ha querido decirlo, mi Señor, dice que hablará solamente con su Majestad y nadie más. Se encuentra en la puerta Norte.” -

- “Infórmale a mi padre, yo escoltaré a ésta persona.”-

Bajé de la muralla sumergido en mis pensamientos; "al menos no viene del Sur" me dije mentalmente, algo que en estos momentos no me sorprendería. Tomé mi caballo y emprendí el galope hasta las puertas de la ciudadela.

No tardé mucho en llegar, ahí estaba la figura del extraño, montada en un caballo negro y envuelto en una túnica del mismo color. La capucha no dejaba verle el rostro.

- “Extraño, soy su escolta hasta el alcázar, haga el favor de decirme su nombre y la razón por la cual desea hablar con el rey.” -

- “Mi nombre no es de importancia, y el asunto que tengo con su rey es algo que solamente a su Majestad interesa.” - La voz del extraño era suave pero profunda, tenía un acento que no logré reconocer, aunque era posible que estuviese fingiendo su propia voz.

- “En ese caso lo escoltaré, sin embargo es posible que no desee hablar con usted si se rehúsa a seguir un simple protocolo.” -

- “Su majestad me recibirá, no veo porqué debiera suceder lo contrario, o ¿a caso también es protocolo que el príncipe escolte a todas las visitas?..." – La respuesta me tomó por sorpresa, inclusive consideré el comentario una ofensa tal, que llevé mi mano a mi espada. – "… No crea que es difícil ver el rostro de su padre reflejado en usted; aunque más joven, tienen la misma llama en los ojos.”-

Guardé silencio hasta la entrada del alcázar, donde dejamos los caballos. Entramos juntos hasta el salón favorito de mi padre, aquel donde se encontraban las armaduras de la familia real. Crucé el umbral de la puerta con mi compañía un paso tras de mí y presenté al extraño. – “Mi señor, el caballero que desea hablar con usted."-

El rey, que cuando entramos nos daba la espalda, giró hacia nosotros. – “¿Quién es usted que no sois capaz de revelar vuestro nombre?”-

En ese momento el extraño sacó su mano de debajo de la túnica, dejando ver una armadura blanca y azul al tiempo que aventaba un pequeño objeto dorado a las manos de mi padre. Cuando lo examinó su rostro cambió – “El anillo de la casa de Ivanhoe, tesoro de mi familia.” – Levantó la mirada para ver al extraño y luego a mí y me ordenó salir de la habitación.

No podía discutir con él, así que obedecí y cerré la puerta tras de mis pasos, sin embargo la curiosidad era demasiado grande así que me apresuré al cuarto contiguo a espiar la conversación. Pegué el oído al picaporte, más no logré distinguir sus palabras pues parecían estar caminando alrededor de la habitación, lo primero que logre comprender fue la voz de mi padre:

- “… Mhm, es muy grave lo que comentáis, sin embargo el trato está arreglado y me apresuraré a cumplir mi parte. Lamento, como le dije, no poder hacer nada con respecto a lo segundo que me pide.” -

- “Comprendo.” -

- “Muy bien, en ese caso no resto mas vuestro tiempo, partid sin tardanza. ¡Wilfred!” -

Al oír mi nombre abrí la puerta sin pensar que no me encontraba en el lugar adecuado.

- “¿Si mi Señor?” -

- “Da órdenes que éste hombre no sea demorado pues debe salir de inmediato.” -

- “¡Si Señor!” -

Me tomó pocos minutos dar los comandos pertinentes para regresar con mi padre, cruzándome con el extraño en el camino. – “Hasta luego buen príncipe.”

Cuando llegué a la habitación el rey se encontraba sentado, reflexionando con la mirada perdida acariciándose la barba, tal como lo había visto en momentos de crisis. – “Padre, ¿quién era ese hombre y que quería contigo?”

El rey rompió su pose y se levantó caminando hacia mí. – “Hay ciertas cosas que aún no estas preparado para entender, sin embargo confío que un día serás un estupendo sucesor. Ahora ve y consigue un buen grupo de hombres en los que confíes pues les tengo una importante empresa, también dile a mi escolta que se prepare pues deberé emprender un viaje a Griffin Fall cuanto antes.” – Hizo una pequeña pausa y continuó. – “Necesito que seas fuerte hijo, pues tendrás la ciudadela en tus manos durante mi ausencia.” -

Asentí con la cabeza, di media vuelta e hice su voluntad para luego regresar a mi puesto en la muralla mientras una pequeña figura encapuchada se alejaba cabalgando hacia el Este.

Wilfred I.
Príncipe de Dobshenic

3 Comments:

Blogger Korkuss said...

Misterioso y buen capítulo...

11:50 AM  
Blogger Miruvore said...

A Wilfred, jejejeje... esto se pone re bueno

1:37 PM  
Blogger Korkuss said...

Hummmm... y hoy es... jueves, no?

9:57 AM  

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