Wednesday, May 10, 2006

La Huida Interrumpida

Los minutos parecieron eternos mientras reflexionaba conmigo mismo, si mis ojos no me engañaban, delante de mí estaba una de las leyendas mas importantes; y si el poderoso Atei se encontraba vivo, entonces es posible que los otros cuatro guerreros legendarios también.

Sin embargo debíamos movernos rápido, debíamos sacarlo del templo lo más rápido posible. “Mi señor, debemos sacarlo de aquí cuanto antes, ¿conocerá Ud. algún medio de transporte que nos pueda ayudar en nuestra tarea?” – dije en voz baja.

“Mi joven amigo, estoy muy viejo y cansado para poderlos ayudar, además las ropas que traigo no me permiten utilizar mis rezos…” – Que tonto fui, tenía que decírmelo para entonces notar que sus ropajes servían como cadenas mágicas muy poderosas, y no habría modo físico para poder quitárselas. - “… sin embargo, si puedo ser de utilidad, entonces le diré esto… ¡agáchese ahora!” – quedé estático por unos segundos hasta que de pronto, un horrible estruendo sacudió el salón donde estábamos, y grandes cantidades de piedras volaron por los aires esparciéndose por toda la estancia.

“¡¿Por Reorx, qué diantres ha sido eso?!” – dijo Lorgar agarrando su hacha con ambas manos y fijando los pies al piso.

“Son los guerreros de piedra en el corredor principal, se activaron al abrir la armadura y vienen por ustedes”.

“¡Déjenlos entrar, verán de lo que es capaz un enano con un hacha de dos metros!” – vociferó el enano. Era claro que no podríamos sacar a Atei por donde entramos antes de que los golems derribaran la puerta por completo.

“Mi señor, he contado cuatro cuando entré, ¿cuántos son ahora?” – pregunté. “Son sólo dos, entrarán en un par de minutos, pero los sacerdotes ya están despiertos y vienen en camino”.

Debíamos actuar rápido, el elfo subió rápidamente por la cuerda en lo que yo ataba al Oráculo al otro extremo y el enano atrancaba la puerta con la armadura-prisión. Hubo un tirón en la cuerda, le grité a Lorgar y segundos después los tres éramos despedidos por el aire gracias a un Golem que corría con el otro extremo de la cuerda.

Llegamos al techo justo cuando la puerta se hizo añicos con un gran estallido. Dos enormes figuras de piedra cruzaron el resquebrajado umbral buscando a aquellos que habían interrumpido el habitáculo sagrado. Parecía que habíamos logrado escapar cuando una espada de piedra emergió del piso cortándonos el camino al enano y a mí, y provocando que se derrumbaran las piedras debajo de nuestros pies.

Icn Imhaet

4 Comments:

Blogger Korkuss said...

Muy buen capítulo señor, se pone cada vez más interesante.

4:16 PM  
Blogger Pech said...

Postee más seguido, no sea gacho...

La aventura, como siempre, está de pelos!!!

un abrazo!

10:28 PM  
Anonymous Anonymous said...

GLORIA ENANIL, QUIERO EZCABECHAR NENITAS DE PIEDRA

GGRRRRRR!!!!!

6:59 PM  
Blogger Pech said...

Ya postea mas seguido...
las aventuras se actualizan cada 45 días... chale

5:06 PM  

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