La capital...

Aun nos falta camino y las luces de la ciudad ya se ven desde lejos, brillan tanto que ocultan las estrellas del cielo nocturno.

Sin embargo ya pueden verse las marcas de una gran capital en las cercanías, las pequeñas casas de agricultores se ven a lo lejos, rodeadas de grandes parcelas. En el horizonte, una línea de fuego en la oscuridad deja ver tan solo un poco la gran muralla que marca los límites de ésta gran ciudad que ha existido durante cientos de años y que ha crecido hasta convertirse en uno de los ejes más importantes del continente. Sobre la serpiente ígnea se ve la silueta del palacio, situado justo en el centro de la ciudad y habitado por uno de los soberanos más poderosos y respetados de todo el continente, no importa la raza.

El rey Loren II tiene el nombre de uno de los monarcas más queridos por los humanos, su antecesor fue quien logró que su reino fuera el más importante y convirtió a Griffin Fall en la capital de los hombres. Sin embargo, su primogénito Gregory, casi destruye todo lo que su padre había construido, pero ahora, doscientos años después, parece que la ciudad nunca haya tenido épocas oscuras. ¿Qué podía esperarse de la única estructura que se mantuvo en pie durante la Guerra Maldita? Ni siquiera el reino de los enanos tuvo tanta suerte.

Volteo y veo que Miruvore y Lorgar duermen pasivamente mientras contemplo la hierba que crece a nuestro alrededor, ésta es la última noche que podré respirar éste aire fresco que viene desde la cascada, ésta es la última noche que podré dormir tranquilo en compañía de la naturaleza como cobija. Esta es una noche sin luna, veo mi armadura, limpia y pulida, lista para presentarme hasta su Majestad y preparada para la ardua empresa que tenemos por delante. Sólo el destino sabe hasta dónde llegaremos.

He decidido explicarle mañana a Miruvore sobre nuestra misión, justo antes de entrar a la ciudad. Creo que se merece saber sobre éste camino por el que andamos antes de mi audiencia con su Majerstad. Me recuestro sobre la hierba y observo las estrellas, ruego a los dioses que nos observan tengan misericordia con nosotros: Mishakal, Paladine, Omehg.

Cierro los ojos.

Icn Imhaet