La Isla Blanca, Vol. I ...

Vamos a mitad del camino, y para donde se vea solo hay hielo bajo nosotros, ya hace mucho frío, incluso el Enano ya tuvo que cubrirse con un par de pieles. Por lo tanto aprovecharé para escribir un poco acerca de La Isla Blanca.
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En el principio de los tiempos, cuando había un solo dios en el mundo, Omehg, se crearon el cielo y la tierra, el mar y los árboles, la luz y las estrellas en la noche. Era un lugar majestuoso, y así duró por mucho tiempo, un lugar dónde lo único que viajaba libremente era el viento. Así fue como otros dioses llegaron a ver éste nuevo mundo y quisieron ser parte de él, y pidieron permiso a Omehg quién les concedió su deseo. De ese modo se crearon toda clase de animales y plantas, peces y aves llenaron los mares y el cielo y le dieron al mundo movimiento. Sin embargo, no todos los seres que se crearon entraron en comunión con lo que los rodeaba y destruían todo cuanto los rodeaba.

Al ver esto Omehg mandó a los nuevos dioses a controlar lo sucedido, pero ni ellos pudieron detener sus propias creaciones; por lo tanto Omehg creó a los primeros seres semejantes a él para detener la destrucción de su mundo. Así fue como éstos Elfos semidioses marcharon sobre la tierra para capturar a las criaturas malignas. Una a una fueron atrapadas y aprisionadas dentro de la fosa más profunda de la tierra. Cuando por fin lograron deshacerse del último ser, la fosa fue sellada con dos puertas mágicas: dos islas, una blanca y una negra.

Así el mundo regresó a disfrutar de la paz, y los Elfos semidioses se quedaron a vivir en las islas cuidando que las criaturas no volvieran a pisar la tierra. Pero a Omehg le gustó lo que había creado y decidió hacer seres semejantes a él para que caminaran sobre la tierra, fue así como creo a Elfos, Enanos y Hombres y les dio el dominio de su mundo.

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Icn Imhaet